Bos
días!
Norman Rockwell - “Freedom from Want” (1943, óleo sobre lienzo, 116 x 90 cm, Normal Rockwell Museum, Stockbridge, Massachusetts)
Hay dos cosas que todos sabemos sobre Serena Williams. Una es que es una de las atletas más poderosas de la historia. La otra, que es una mujer negra. Lo primero no la salva de lo segundo y por eso lleva a cuestas no solo la presión de la competición, sino también todos los estereotipos y prejuicios que su identidad le echa encima.
En septiembre de 2018, Williams perdió la final de un importante torneo frente a la jugadora japonesa Naomi Osaka, pero el partido llenó titulares por otro motivo: el árbitro amonestó a la americana tres veces por motivos menores, provocándole a la tenista un cabreo monumental. Eso fue lo que la puso en la diana. Un buen resumen de las críticas sería la viñeta creada por Mark Knight para el Australia’s Herald Sun en la que Williams aparece como una enorme mujer bebé, chupete incluido, que berrea mientras el árbitro le pide a su contrincante que la deje ganar. ¿Por qué? Porque una mujer negra no puede cabrearse si no quiere confirmar el estereotipo de la angry black woman.
Una angry black woman es algo que quizá no le suene de nombre, pero seguro que sí en su significado: es una mujer negra, a menudo grande y rotunda, que se enfada, hace aspavientos y grita. Es mordaz, agresiva, escandalosa e irracional. Digo que seguro que le suena porque es uno de los estereotipos más comunes entre los que les caen encima. Salen así representadas en infinidad de películas y series. El fenómeno es tan común que hay quien lo tiene por un síndrome.
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En 2014, el que poco antes había sido periodista científico del New York Times, Nicholas Wade, publicó el que probablemente sea uno de los libros más representativos del racismo científico moderno. Se llama A Troublesome Inheritance (Una herencia problemática) y en él defendía que sí hay razas diferentes dentro del ser humano, entendidas como grupos de población con profundas diferencias biológicas; que los cerebros de esas distintas razas han evolucionado de forma diferente, y que eso se traduce en niveles medios de cociente intelectual muy dispares según la raza.
Más de cien genetistas y biólogos evolutivos firmaron una carta acusando a Wade de entrar en ese campo de estudio como un elefante en una cacharrería, apropiándose y malinterpretado investigaciones ajenas y descartaron sus propuestas por su baja calidad científica, pero medios de la derecha radical se hicieron eco de ellas y achacaron las críticas a la oposición política y social a sus ideas, y no a su chapucería científica.
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Contaba Serena Williams, después de aquel partido y de su cabreo, que supo en el mismo momento en el que ocurría cómo iba a interpretarse su reacción de ira, y que eso la cabreó aun más. Estaba atrapada en el círculo vicioso del estereotipo, una especie de profecía autocumplida de la mujer negra cabreada porque tiene razones más que de sobra para cabrearse. La infame viñeta le dio la razón.
Prazo de entrega: Semana do 2- 7 de xuño.
1.- Este artigo alude aos estereotipos e ao racismo científico. Poderías explicar en que consiste? Cal é a túa opinión respecto diso?
Feliz
martes!